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Cuando era pequeña mi hermano pasaba la mayoría de su tiempo encerrado en la habitación, su cuarto era su mundo y su escritorio su sol. Pasaba horas y horas dibujando, a la vuelta de la escuela comía y se sentaba en su mesa y dibujaba hasta el anochecer. Yo amaba ver esos dibujos, dibujaba un fantástico Hombre Araña y amaba los personajes de la editorial Bonelli [editorial italiana especializada en tebeos, un poco como Marvel Comics]: Dylan Dog, Nathan Never, Tex... No recuerdo, para ser sincera, todos sus dibujos pero me acuerdo de la admiración que sentía cuando lo veía con lapices, pinceles y sus bolígrafos especiales. En secundaría se apuntó a la Escuela de Arte y luego a un curso de Diseño Gráfico, lamentablemente nuestra pequeña comarca no ofrecía (y no ofrece) salida para ese tipo de trabajo y él amaba tanto el dibujo como su ciudad y su tierra. Decidió entonces que lejos de sus origenes no habría vivido nunca. Los sueños de gloria desvanecieron, por lo menos los de mis padres y míos, porque en realidad nunca supimos si él también soñaba con llegar a ser alguien en este campo... lo único que sé es que de repente dejó de dibujar y no he vuelto a verlo coger lapices, pinceles o bolígrafos especiales. Con todo, yo siempre he soñado con que mi fa'tello (mi padre se burlaba de mí porque decía que le llamaba así) me dibujara algo, para mí y sólo para mí... He esperado mucho, él ya no dibuja como antaño, por su trabajo que ha estropeado sus manos y también por el poco tiempo del que dispone, pero a pesar de esto sus manos han vuelto a soñar para mí y yo he conseguido lo que deseaba en uno de los días más felices de mi vida. ¡Gracias F'atello!
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