8.9.08

¿Por qué Monguito?

El otro día hablaba con Laura y le pedí que visitara el blog como hago con casi todos vosotros, también porque necesitamos reciclarnos y saber que le falta desde vuestro punto de vista. Con todo Laura me hizo advertir que nuestro "pequeño" Mongui no aparecía, que había que escribir algo sobre él, así que como tiene razón no seré yo quien le diga que no la tiene.
Antes de que yo conociera a Ila ya he contado que vivía en un piso compartido con Ele. Pero no he dicho que tengo pasión por los gatos y que a Ele se le murió en Italia su querido Emilio, su gatito cuyo nombre debía al superJebo.

También tuvimos una coballa "Fraudolina" (que de hecho se quedaba durmiendo en la camiseta de Jorgito) cuya muerte fue muy dura para mí, una buena mañana Ele me dijo que estaba tiesa por el calor.

En este contexto yo quise regalarle un gatito a Ele para que estuviese en España con ella y después se lo llevase a Italia ¿Por qué no uno del Faro de Cabo de Palos? Mi abuela los tenía a cientos y los alimentaba día tras día. Lo tenía todo planeado, el gato habría de llamarse "Tenderete". Es un nombre que me hacía gracia. Un tenderete es una de las actividades más productivas de los "gamberretes" de Cabo de Palos. Se metían en las casas de los ricos y les quitaban literalmente sus "mejores galas", así no era raro ver a un niño de seis años con un polo de Yves Saint Laurent colgándole a la altura de las rodillas... Esta actividad se hizo tan frecuente que pronto los chalets tuvieron la vigilancia oportuna. Pero a estos muchachos no les gustaba que se coartase su "libertad de robar" (¡Vaya tela!) y pronto pusieron remedio a la coacción policial ¿Cómo? El tenderete se trasladó a los primeros pisos de las urbanizaciones más lujosas por medio de gatitos que estos "cabrones" tiraban hacia arriba para que se quedasen enganchados y cayera el conjunto completo debido al peso. ¡Hay gente para todo!

Pero el hombre propone y planifica y Dios dispone a pesar de mi agnosticismo. Así, un día, Jesús vino a recogerme después del trabajo, y a la vuelta, en el escaparate de una pajarería, un gatito mordía y no dejaba dormir a ninguno de sus compañeros. Lo primero que me dijo Jesús fue: "¡Que cabronazo!" Pero nos hizo gracia y nos lo acabamos llevando. Lo dejamos en el piso y nos fuimos para que Ele lo encontrase por sorpresa sin nadie en casa. Pero el plan falló de nuevo y durante un día no supimos nada de él, transcurrido ese tiempo Ele lo encontró envuelto en una bola gris producto del polvo acumulado tras el horno en el que estaba escondido. A la pobre Ele le costó algún arañazo y algún mordico del temeroso pequeño, Así empezó la rutina con el que habría de ser nuestro primer bebe, el tercer miembro de nuestra caótica familia estable. Y es que Ele no quiso llevarselo y modificar su vida. Supongo que Monguito era ya un gatito feliz, por lo menos a veces...
***

L'altro giorno parlavo con Laura e le chiesi di visitare il blog come faccio con quasi tutti voi, anche perché abbiamo bisogno di nuove idee e di sapere cosa manca secondo voi. Laura mi fece notare che il nostro "piccolo" Mongui non era citato, che dovevamo scrivere qualcosa su di lui e, siccome ha ragione, non saró io a dirle che non ce l'ha.

Prima di conoscere Ila, come ho giá detto, condividevo una casa con Ele. Peró non vi ho detto che ho una passione per i gatti e che a Ele morí in Italia il suo caro Emilio, il suo gattino che deve il nome al superJebo.

Avevamo avuto anche una cricetina "Fraudolina" (da Fraude = Frode che difatti si addormentava sulla maglietta di Jorgito) la cui morte fu molto dura per me, una mattina Ele mi disse che era morta per il troppo caldo.

A quell'epoca volli regalare un gattino a Ele affinché lo tenesse in Spagna con lei e poi se lo portasse in Italia. Perché non uno del Faro di Cabo de Palos? Mia nonna ne aveva centinaia e dava loro da mangiare giorno dopo giorno. Era tutto studiato, il gatto si sarebbe chiamato "Tenderete" (da tender = tendere i panni). È un nome che mi faceva ridere. Un "tenderete" era una delle attivitá piú produttive degli "scugnizzielli" di Cabo de Palos. Si infiltravano nelle case dei ricchi e rubavano i migliori panni "da gala" che trovavano tesi, non era strano vedere un bambino di sei anni con una maglietta di Yves Saint Laurent che gli arrivava alle ginocchia... Tale attivitá diventó cosí frequente che presto gli chalet si attrezzarono con una vigilanza opportuna. Peró a quei ragazzetti non piacque che si limitasse la loro "libertá di rubare" (no comment!) e... travata la legge trovato l'inganno. Come? Il "tenderete" si trasferí ai primi piani delle villette di lusso, con dei gattini che gli "str . . . . . ti" buttavano in aria affinché rimanessero appesi ai panni con le unghie, per poi far cadere il tutto a causa del peso. Nel mondo si vede di tutto!!

Ma l'uomo propone e pianifica mentre Dio decide, nonostante il mio agnosticismo. Cosí un giorno Jesús mi venne a prendere a lavoro e, mentre andavamo a casa, vedemmo in un negozio di animali un gattino che mordeva tutti e non lasciava dormire i suoi compagni. La prima cosa che Jesús disse fu: "Che stronzetto!!", peró ci piacque e alla fine lo comprammo. Lo lasciammo in casa per farlo trovare a Ele senza che ci fosse nessuno, ma il piano fallí di nuovo e durante un giorno intero non si seppe nulla di lui. Dopodiche Ele lo trovó avvolto in una pallina di pelo grigio prodotto dalla polvere accumulata dietro il forno dove si era nascosto. Ele si beccó un po' di graffi e morsi dal coraggioso piccinaccio e cosí inizió la rutine con quello che sarebbe diventato il nostro primo bebé, il terzo membro della nostra caotica famiglia stabile. Sí perché alla fine Ele non volle portarlo in Italia e modificare la sua vita (quella di Mongui). Credo che Mongui fosse giá un gattino felice, almeno la maggior parte delle volte...

No hay comentarios: